
Hace tiempo escribí mi primera entrada en este blog y una de mis mayores motivaciones a hacerlo fue el hecho de haber visto ciertos hechos que lograron conmoverme bastante. Ese día vi en la cancha a 11 jugadores que dejaron todo por ganar, que sentían que en esos 90 minutos se jugaban la vida y entre esos 11 jugadores había uno que pasaba por un momento tremendamente complicado pero aún así lo dejaba todo por ese equipo con el que tanto se identificó.
El tiempo ya ha pasado y hoy la situación es totalmente distinta, es un domingo gris, otro domingo triste. La temporada se acabó, nos quedamos fuera de la disputa del título y del pase directo a Copa Libertadores. Pero más allá de eso no puedo evitar sentirme preocupado, sentir una gran pena al ver como ese equipo que desde siempre despertó una gran pasión en mí poco a poco deja de ser un conjunto de guerreros, de gente que a pesar de todo lo que pueda ocurrir, al ponerse esa azul con la U roja en el pecho, lo olvida todo y deja la vida por dejar en alto aquella institución que tanto nos ha dado.
Es cierto apenas se fueron 2 jugadores, el plantel en su grueso no ha variado mucho, el problema es que después de haber disputado semifinales de Copa Libertadores el equipo se hundió totalmente. Está bien se trajeron refuerzos de un nivel discutible y el DT ya acostumbraba a utilizar aquel libreto que tan bien le funcionaba, pero siento que el problema de fondo es otro.
Vivimos en tiempos donde el dinero es lo que manda en todo tipo de relaciones, hoy en día si no tienes dinero no eres nadie prácticamente. Nuestra sociedad se torna cada vez mas consumista, mas preocupada de tener más y más dejando de lado cosas, que a mi humilde modo de ver, son mucho mas importantes, como los valores, el sentimiento, los ideales.
Y así es como el fútbol de hoy en día se ve cada vez más y más marcado por esta característica, con la instauración de las S.A lo que tenemos son empresarios que buscan obtener utilidades a costa de una empresa dedicada al rubro del deporte. Ya no importa sentirse identificado con el club, no importa que ese equipo defienda tus mismos ideales, lo único que importa es que esta empresa a la larga sea rentable para quienes han invertido en ella.
Del mismo modo los jugadores lo que buscan es mejores ingresos y eso se logra jugando en equipos que sean "vitrinas" a nivel internacional y así poder aspirar a competir en mercados mucho mas potentes que el chileno.
Aún recuerdo hace muchos años ya, cuando mis abuelos vivían en Osorno. Siempre que la U iba a jugar a Osorno mi abuelo, mi padre y yo preparábamos el café, los cojines, la manta y la radio para ir a alentar a la Universidad de Chile. Era ir a compartir con tus seres queridos la fiesta del fútbol, todos iban en familia, el ambiente era espectacular, quizás mi edad no me permite recordar pero no guardo memoria de haber visto gente en estado de ebriedad o disturbios con la policía en las inmediaciones del estadio. Nunca olvidaré un momento que para mí fue mágico; córner para la U y va el Leo Rodríguez a ejecutarlo. No dudé un segundo y corrí a la esquina a intentar robarle un saludo a un jugadorazo. Le grité su nombre varias veces pegado a la reja, probablemente el nunca me escuchó, pero yo no daba más de alegría porque el Leo Rodríguez me había mirado.
Es eso lo que se extraña, sobre todo después de un año muy cargado futbolísticamente; Mundial de Fútbol después de 12 años jugando un fútbol vistoso, Semifinales de Copa Libertadores después de 14 años, el fin de quizás el proceso más exitoso del fútbol chileno con Mayne Nicholls y Marcelo Bielsa a la cabeza por privilegiar intereses de orden económico.
Se extraña sentir esa mística en el equipo de tus amores, se extrañan jugadores que se identifican con el club y que son y serán por siempre de la U, se extrañan dirigentes que no buscan el lucro sino el éxito de una Institución deportiva llena de ideales, de una historia tan rica,
se extraña sentir que el dinero no es el principal objetivo de la gente involucrada en el fútbol.
En definitiva extraño sentirme identificado con los jugadores, con los dirigentes, sentir que esos grandes jugadores sienten lo mismo que tu cuando el equipo pierde, sentir que si están jugando por un club tan importante como es la U lo hacen sabiendo que vestir la camiseta azul no es una simple opción , sino que es un tremendo privilegio, algo por lo cual yo pagaría por hacerlo.
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